Un juez de control de garantías legalizó las capturas de Juana Perea Amud y su hijo Jhofran Orozco Perea, como presuntos responsables en el asesinato del profesor y gestor cultural Armando Rivero Manjarrez. Este trágico suceso ocurrió en la zona rural de Sampués, Sucre. Juana, quien fue la compañera sentimental de Rivero durante una década, y su hijo convivieron con él en el barrio Villa Natalia de Sincelejo.
Adicionalmente, Osnaider Tapia Meza fue capturado en el barrio Olaya Herrera, en la parte sur de Sincelejo, tras encontrarse en posesión del celular del fallecido Armando Rivero. La operación de captura incluyó allanamientos realizados en dos viviendas por funcionarios del Gaula de la Policía, la Sijín y el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía General de la Nación, donde se incautaron múltiples dispositivos electrónicos y documentos.
Rivero, quien desapareció el 12 de julio tras dirigirse al corregimiento de Gavaldá para laborar como rector de un colegio local, fue encontrado muerto el 17 de julio debajo de un puente entre los corregimientos de San Luis y La Ceja del Mango. Su vehículo fue hallado incinerado en Tuchín, Córdoba, un día después de su desaparición.
Las investigaciones incluyeron seguimientos a las llamadas desde el celular de la víctima, lo que condujo a la captura de Tapia Meza. Este sostuvo que encontró el celular durante su trabajo como cortador de madera y decidió quedarse con él. En el marco de las audiencias, tanto los abogados de la defensa como los representantes del ministerio público y de víctimas respetaron la decisión judicial.
Juana Perea Amud y Jhofran Orozco Perea enfrentan cargos por presunta desaparición forzada y homicidio agravado, mientras que a Osnaider Tapias se le acusa de receptación. Las audiencias continúan en la tarde con la legalización de imputación de cargos y la medida de aseguramiento.
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