Riosucio: Un Paraíso Natural Cautivo de la Corrupción.

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Por: Isnardo Garcés

Riosucio, un tesoro escondido en el corazón del Chocó, nos regala una paradoja que duele: una exuberante naturaleza choca brutalmente con la realidad de sus habitantes, sumidos en un abismo de necesidades básicas insatisfechas.

Rodeado de una biodiversidad envidiable, este municipio parece un edén. Sus ríos caudalosos, sus selvas impenetrables y su gente cálida conforman un cuadro de ensueño. Sin embargo, detrás de esta postal idílica se esconde una realidad sombría, marcada por la desigualdad y la corrupción.

La clase política, en lugar de ser los artífices del desarrollo y el progreso, se ha convertido en una lacra que saquea los recursos naturales y los fondos públicos. Mientras los negocios por debajo de la mesa alimentan sus bolsillos, la población languidece en la pobreza, enfrentando problemas tan básicos como la falta de vías en buen estado, la carencia de escuelas y hospitales dignos, y la deficiencia en los servicios públicos.

La movilidad, un derecho fundamental, se convierte en una odisea para los riosuceños. Los caminos, calles y vías terrestres convertidas en lodazales durante las temporadas de lluvias, dificultan el acceso a centros de salud, escuelas y mercados. La educación, pilar fundamental del desarrollo, se ve comprometida por la falta de docentes, la escasez de materiales educativos y la precariedad de las infraestructuras escolares.

La corrupción, como un cáncer, ha permeado todos los ámbitos de la vida en Riosucio. La falta de transparencia, la impunidad y la connivencia entre políticos y agentes del estado han generado un círculo vicioso de pobreza y desigualdad, un escenario propicio para que cada cuatro años, aparezcan lobos disfrazados de oveja, que aprovechan la inconciencia de un pueblo que por cobrarle al gobierno de turno o simplemente por la venta de su voto, se entrega a las pretensiones de sus verdugos que se turnan en el poder, solo con la intención de perpetuar los vicio politiqueros como expertos en hacer poco en beneficio de las mayorías y luego pretender que los glorifiquen.

Los alfiles del ajedrez de la inmoralidad política, viven entre el pueblo, se muestran como líderes y defensores de los menos favorecidos. Sus discursos hacen eco en los receptores, son palabras cargadas de realidad pero carentes de intencionalidad. Solo se tratan de libretos construidos y adornados para que sean creíbles. Es así como se construye el éxito electoral en Riosucio.

En el poder, los líderes enmudecen, ahora la defensa por el pueblo les corresponde a los perdedores de las pasadas contiendas y así se alimenta un círculo vicioso que como actores intelectuales y materiales conserva los mismos personajes que solo cambian de actores.
Resultaría fácil detenernos a evaluar la vida administrativa de Riosucio a través de doce nombres que corresponde al mismo número de alcaldes elegidos por voto popular.

Mario Arce Quejada 1989-1990 y Arcindo Mosquera Orejuela 1990-1992 de la Unión Patriótica UP
José Aladino Palacios Palacios 1992-1994 Partido Liberal
Faustino Martínez Jiménez 1995 – 1997 de la UP
Cecilio Moreno Arroyo 1998-2000 con El partido Nacional Cristiano
Ricardo Azael Victoria Martínez – 2001-2003 Partido Liberal.
Recientemente fallecido Eulalio Lemos Moreno 2004-2007 Partido Fuerza Colombia del General bedoya

Jorge Isaac Mosquera Caicedo 2008-2011 con Cambio Radical.
Cecilio Moreno Arroyo 2012-2015 avalado por el partido Afrovides.
Luis Enrique Mena Rentería 2016-2019 Partido de la U.
Conrad Valoyes Mendoza 2020-2023 Partido Liberal y
Juan Moreno Mena (Chico) 2024-2027 Cambio Radical

Ahora bien, de conformidad con el artículo 258 de la Constitución Política, el voto es un derecho y un deber ciudadano. Es el mecanismo de Participación Ciudadana por excelencia, pues, a través de él, los ciudadanos eligen sus candidatos a cargos de elección popular y además sirve como medio para la realización de los otros Mecanismos de Participación Ciudadana instituidos por la Constitución.

Referendo: Permite a los ciudadanos aprobar o rechazar una ley o una decisión tomada por el gobierno.

Plebiscito: Es similar al referendo, pero se utiliza para consultar a la ciudadanía sobre asuntos de gran importancia nacional.

Consulta popular: Permite a los ciudadanos de una localidad tomar decisiones sobre asuntos de interés local.

Iniciativa legislativa: Los ciudadanos pueden proponer proyectos de ley para que sean discutidos y aprobados por el Congreso.

Revocatoria del mandato: Permite a los ciudadanos remover de su cargo a un funcionario elegido popularmente antes de que termine su período.

Cabildo abierto: Es una reunión pública en la que los ciudadanos pueden discutir y tomar decisiones sobre asuntos de interés común.
No se trata de discutir si hemos elegido bien o mal, pues seguramente nuestro mayor error ha sido endiosar a los alcaldes y no hacer uso de estos mecanismos que la constitucional nos concede no solo para elegir a través del voto, sino para hacer control, propones y exigir resultados ajustados a la ley.

Es hora de que Riosucio despierte y exija a sus gobernantes un cambio radical. Es hora de que la riqueza natural se traduzca en bienestar para todos sus habitantes. Para ello, no podemos continuar eligiendo alcaldes solo para que ordenen el gasto público con mezquindad y prepotencia y peor aún, sin siquiera proponer cambios reales, que permitan avizorar las transformaciones necesarias para que la esperanza vuelva a brillar en los ojos de los riosuceños.

Solo a través de la unión, la organización y la exigencia de transparencia y rendición de cuentas, los habitantes de Riosucio podrán construir un futuro más justo y próspero. Un futuro donde la belleza natural se convierta en un motor de desarrollo y donde todos tengan las mismas oportunidades.

¡Riosucio merece un mejor destino! ¡Es hora de levantarnos y exigir lo que por derecho nos corresponde!

Somos Notiriosucio, llámanos o escríbenos al 3218365504.

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