En lo que podría considerarse un milagro, un colombiano que se aventuró por la inhóspita Selva del Darién, ha sobrevivido tras perderse por 4 días en esta peligrosa travesía que comunica Colombia con Panamá. Jorge Andrés, un vallecaucano con ambiciones de alcanzar el sueño americano, eligió esta ruta a pesar de los innumerables riesgos que esta conlleva.
Actualmente, alrededor de 1.200 personas arriban diariamente a Urabá con la esperanza de cruzar esta frontera, una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo. A lo largo del año, decenas de migrantes, principalmente venezolanos, africanos, cubanos y asiáticos, pierden la vida intentando cruzar.
Andrés decidió asumir este desafío sin la ayuda de los denominados coyotes o traficantes de migrantes, quienes pueden cobrar hasta 1.000 dólares por guiar a los migrantes a través de esta selva. “Por falta de dinero, asumí ese obstáculo solo”, afirmó.
Jorge narró los desafíos y peligros que enfrentó durante esos angustiantes días: “Me perdí en la zona pantanosa y solo encontraba ropa abandonada por todos lados. Me alimenté con los pocos frutos que encontré y tomé agua de riachuelos”, compartió en una entrevista con el medio La Chiva de Urabá.
Pero los obstáculos no terminaron ahí. “Tuve una caída desde un acantilado. Estoy vivo de milagro. Afortunadamente, encontré a otro grupo que también estaba perdido, y juntos logramos llegar a un campamento”, agregó.
Antes de emprender este viaje, Jorge Andrés trabajaba en Colombia como agricultor y realizaba diversos oficios. A pesar de las adversidades, sigue decidido a continuar su viaje por Centroamérica hasta alcanzar Estados Unidos y concretar su sueño americano.
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