La tragedia golpeó con fuerza el pasado 5 de noviembre de 2024, cuando un incendio arrasó con los sueños y la vivienda de la señora Melva Rosa Vueltas Bonolis y su compañero Wilson Huertas Rentería, dos adultos mayores ampliamente queridos por la comunidad riosuceña. Doña Melva, quien celebró su cumpleaños número 78 el pasado 31 de diciembre frente a los escombros de lo que alguna vez fue su hogar, es ahora el rostro de la desidia administrativa que asfixia al municipio.
El incendio, uno más en la larga lista de tragedias que flagelan a Riosucio, dejó dos viviendas destruidas y varias más gravemente afectadas. Sin embargo, la promesa de ayuda por parte de la administración municipal, encabezada por el alcalde Juan Moreno Mena, se ha desvanecido en el aire. Un día después del siniestro, la página oficial de la alcaldía anunciaba directrices para la reconstrucción de las casas destruidas y la reparación de las afectadas. Hoy, 68 días después, no hay un solo horcón colocado ni soluciones tangibles a la vista.
En su relato, doña Melva, de pie ante las ruinas de su hogar, recordó con tristeza cómo solía celebrar sus cumpleaños rodeada de familiares y vecinos en su acogedora casa. Este año, sin techo, bienes, ni el regalo que tanto anhela –la reconstrucción de su vivienda–, el panorama es desolador. Aunque agradece la solidaridad de sus paisanos, quienes le han donado materiales para intentar empezar de nuevo, la ayuda institucional sigue siendo una promesa vacía.
“Trajeron ayudas inmediatamente después del incendio, pero eso fue todo. No quiero que me olviden como suelen hacerlo”, dijo con voz quebrada. Mientras tanto, otras viviendas afectadas continúan destechadas, sumando un cuadro de abandono y negligencia administrativa que parece no tener fin.
Nuestro medio pregunta: ¿Cuántos días más hacen falta para cotizar materiales, contratar carpinteros y devolver la dignidad a los damnificados? ¿Cuánto más deben esperar quienes no eligieron vivir esta tragedia? Desde este medio, exigimos a las autoridades municipales en cabeza del alcalde Juan Moreno Mena actuar con prontitud, no sólo por doña Melva, sino por todas las víctimas que hoy sobreviven entre escombros y promesas incumplidas.
Riosucio no puede seguir siendo el municipio donde las tragedias humanas quedan relegadas al olvido. La justicia social comienza con acciones, no con discursos.
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