La cruda realidad que viven los campesinos de la cuenca del río Truandó, particularmente en la comunidad de El Grito, municipio de Riosucio, Chocó, ha sido puesta en evidencia en un video compartido por miembros del consejo comunitario de Quiparadó, “Cococuquipa”. Estos líderes, que se dirigían a una importante reunión, documentaron las enormes dificultades que enfrentan quienes intentan movilizarse por este afluente en el sector conocido como el arenero.
En el video se observa cómo los campesinos se ven obligados a abandonar sus botes debido a la sequía del río, una situación que empeora durante las épocas de verano. Incluso en temporadas de invierno, como las actuales, la navegación es prácticamente imposible, dejando a la comunidad aislada y sin medios de transporte adecuados.
La falta de infraestructura básica en El Grito es alarmante. Los habitantes sobreviven sin una escuela adecuada, lo que les niega a los niños el derecho a una educación digna. La ausencia de energía eléctrica y de un centro de salud agrava aún más las condiciones de vida. La única opción para recibir atención médica es trasladarse al casco urbano, pero la carencia de vías de acceso hace que esto sea un desafío casi insuperable.
Es doloroso ver cómo estos campesinos, que han apoyado con sus votos a alcaldes, gobernadores y presidentes, siguen siendo tratados como fortines electorales sin recibir la inversión social que tanto necesitan. Es hora de que los mandatarios dejen de ignorar las necesidades de estas comunidades y comiencen a retribuirles con acciones concretas y soluciones reales a sus problemas. La inversión en infraestructura, educación, salud y vías de acceso es imperativa para mejorar la calidad de vida de los habitantes de El Grito y otras comunidades de la cuenca del río Truandó.
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