En Riosucio, la presencia constante de cerdos en las calles del municipio ha pasado de ser un incidente ocasional a un símbolo de la negligencia y falta de acción de las autoridades municipales. A pesar de las múltiples quejas de los residentes y de un decreto explícito que prohíbe la tenencia de estos animales en áreas urbanas, los cerdos continúan deambulando libremente, causando estragos en la infraestructura y la sanidad pública.
Los habitantes de Riosucio están alarmados por los daños significativos que estos animales causan. No solo destruyen cultivos y cercas, sino que también ponen en riesgo la estabilidad de viviendas construidas en palafitos, al osar alrededor de los pilares fundamentales. Además, la dispersión de basuras y la contaminación que generan estos mamíferos representan un riesgo serio para la salud pública.
La inacción de las autoridades ante esta clara violación de la normativa municipal es desconcertante. Los ciudadanos de Riosucio merecen una respuesta y medidas concretas que aseguren el cumplimiento de las leyes destinadas a proteger su bienestar y su entorno. La situación actual no solo refleja un fallo administrativo, sino también un desprecio por la ley y la seguridad de la comunidad. Es hora de que las autoridades de Riosucio se tomen en serio sus responsabilidades y actúen con la urgencia que la situación demanda.
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