Soportados por las pocas vigas que aún le quedan a un ramal del puentón en el barrio Benjamín deben transitar un número considerable de personas de todas las edades por un puente en colapso que los conecta con el puentón principal en el sector de la parte de atrás de ELECMURI y ACAMURI.
La estructura en madera fue construida en los primeros años de gobierno del exalcalde Luis Enrique Mena (Luchin) y que a pesar de su evidente y avanzado estado de deterioro en los 4 años del gobierno de Conrad Valoyes, no se le destinó ni un clavo aunque muchos de los vecinos del sector le solicitaron intervención, por lo que la comunidad afectada traslada con nota de urgencia la misma petición al alcalde Juan Moreno Mena.
Se trata de unos 300 metros lineales de puente por donde arriesgan sus vidas obligados a transitarlo, niños, adultos mayores, mujeres en estado de embarazo y personas en condición de discapacidad.
Los habitantes de este sector del casco urbano de Riosucio, Chocó, expresan su creciente preocupación y descontento ante las limitaciones en la movilidad, el incremento de accidentes, y la ausencia de acciones concretas por parte de las autoridades competentes, en relación con las demoras en la ejecución de obras en el “puentón”. Esta estructura, esencial para la conectividad en la región, ha sufrido daños significativos que afectan directamente la vida diaria de la comunidad.
El deterioro de este ramal del “puentón”, debido al colapso de algunos de sus tramos y la remoción de componentes críticos durante intentos fallidos de reconstrucción, ha provocado una situación alarmante en términos de seguridad y movilidad para los residentes. Esta zona, vulnerable a las inundaciones del río Atrato, depende en gran medida de infraestructuras como estas para mantener una vida cotidiana funcional, especialmente dado el diseño elevado de las viviendas sobre palafitos y la necesidad de puentes peatonales fijos para el desplazamiento seguro.
Considerado la única vía para el acceso a instituciones educativas, judiciales, de salud y otros servicios esenciales, el “puentón” y sus ramales requieren de atención y mantenimiento urgentes para prevenir colapsos futuros y garantizar la seguridad de los transeúntes. Sin embargo, la respuesta de la administración municipal ante esta crítica situación ha sido insuficiente, dejando a la población en un estado de incertidumbre sobre las medidas a tomar para solucionar los problemas estructurales y de movilidad que enfrentan.
La falta de pronunciamientos oficiales y planes de acción claros respecto a la reparación o reconstrucción del “puentón” ha intensificado la frustración de la comunidad, que ve cómo su seguridad y bienestar quedan en riesgo ante la inercia administrativa.
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