El Instituto Nacional de Vías (Invías), en compañía de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), está llevando a cabo una visita técnica a lo largo del corredor vial Quibdó – Medellín. El objetivo de esta iniciativa es realizar una evaluación detallada de los sitios críticos, especialmente los taludes, para determinar las intervenciones necesarias que garanticen una movilidad segura en esta ruta de vital importancia.
La directora General del Invías, Mercedes Gómez Villamarín, junto a un equipo de especialistas, está liderando esta misión con el fin de recopilar un informe técnico exhaustivo. Este informe se enfoca en el estado actual de los taludes, tras las recientes lluvias que afectaron la región la semana pasada. La visita técnica permitirá realizar un balance total de los puntos críticos y así evaluar tanto el tipo de intervención requerido como el costo de las mismas.
En un esfuerzo por mejorar la seguridad y la infraestructura de la vía, que se extiende por 147 kilómetros conectando a Quibdó con Antioquia, el presidente Gustavo Petro anunció una inversión significativa. Esta inversión, que asciende a $500 mil millones, se destinará a la finalización de la pavimentación de 10 km pendientes, la estabilización de taludes y la instrumentación de las laderas montañosas. Estas medidas buscan prevenir y mitigar los riesgos asociados a la inestabilidad del terreno, especialmente en condiciones climáticas adversas.
Gómez Villamarín subrayó la importancia de este proyecto financiero, especialmente en un contexto donde el cambio climático introduce elementos de incertidumbre en cuanto a las precipitaciones y su intensidad. Además de los $500 mil millones ya anunciados, Invías cuenta con un presupuesto de $35.000 millones para este año y planea solicitar vigencias futuras por $200.000 millones adicionales, sumando un total de $735.000 millones destinados a la vía en los próximos tres años.
La directora General del Invías también destacó la implementación de tecnologías como pluviómetros y sensores de nivel. Estos dispositivos son esenciales para monitorear las condiciones climáticas y detectar acumulaciones de agua que puedan comprometer la estabilidad de los taludes, como los que provocaron los deslizamientos recientes en el kilómetro 42 de la vía.
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