La crisis migratoria en el Urabá antioqueño, Colombia, se intensifica a medida que crece el número de personas que intentan atravesar la selva del Darién. La dura realidad económica, de salud y refugio, enfrentada por estos migrantes, ha llevado a un llamado urgente al gobierno nacional y departamental por ayuda humanitaria.
En los últimos tiempos, el flujo de migrantes en los municipios de Apartadó, Turbo y Necoclí ha aumentado significativamente. Estos migrantes, mayormente extranjeros, se encuentran varados en espacios públicos, esperando la oportunidad de cruzar la frontera.
Un grupo de alrededor de 300 migrantes ha convertido un parque en el Distrito de Turbo en su refugio temporal, debido a la falta de recursos para continuar su camino. “Aquí sobrevivimos improvisadamente con la esperanza de completar y salir adelante”, dijo Efraín Castillo, un migrante venezolano.
Las condiciones precarias de vida han ocasionado graves problemas de salud, especialmente entre los niños. “Hay niños con diarrea, vómito y fiebre. Llevé a mi hija al hospital y no me la quisieron atender por falta de permiso”, denuncia Big Mari Pineda, migrante venezolana.
Ante la falta de oportunidades para tener una alimentación adecuada, los migrantes han tenido que implementar estrategias para comer al menos una vez al día. Por otro lado, indican que no han recibido ninguna ayuda del distrito y solicitan la instalación de servicios sanitarios básicos.
Además, han reportado robos en el parque donde han instalado el albergue temporal, lo que ha incrementado el temor y la falta de sueño. Ante este cuadro de dificultades, hacen un llamado urgente a las autoridades para que atiendan la problemática.
Según los informes, el número de migrantes que parten de los muelles de Turbo y Necoclí continúa en aumento, con aproximadamente dos mil extranjeros abordando las lanchas cada día para continuar su travesía a través de la selva del Darién.
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