Casi tres años después del incendio que devastó Riosucio, Chocó, en noviembre de 2020, las víctimas del desastre continúan viviendo en la incertidumbre, sufriendo la negligencia del gobierno y esperando en vano la construcción de sus viviendas.
Ese fatídico día, las llamas consumieron más de 80 hogares y se llevaron las vidas de Rosmira Palacios Mosquera, de 26 años, y de la pequeña Sofía Madrid Mosquera, de tan solo 9 años. Desde entonces, los sobrevivientes han estado en la lucha contra la desesperación, esperando respuestas concretas del gobierno municipal, departamental y nacional.
El incendio, que ocurrió en un municipio sin cuerpo de bomberos ni equipos adecuados para contrarrestar el fuego adecuados, dejó al descubierto la falta de atención y prevención por parte de las autoridades competentes. El abandono por parte del gobierno es evidente, a pesar de las promesas hechas en su momento por el presidente Iván Duque y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).
Los damnificados han llevado a cabo protestas y manifestaciones pacíficas, exigiendo la construcción de las viviendas prometidas. En mayo de 2021, parecía que las cosas comenzarían a cambiar cuando la administración municipal en cabeza del alcalde Conrad Valoyes y las víctimas llegaron a un acuerdo sobre el modelo de viviendas a construir, que se apartaba del modelo de palafito y se construirían en concreto en un área rellenada y alejada de la cuota de inundación. Sin embargo, esto resultó ser otra falsa esperanza.
Las promesas del Gobierno Nacional y las pocas gestiones de la Administración Municipal no han tenido resultado. El primer plazo para la entrega de las viviendas venció en mayo de 2021 y a la fecha no se ha colocado ni una sola piedra. El Gobierno Nacional había destinado los recursos para las construcciones y las promesas de la alcaldía sobre la supuesta disponibilidad del terreno resultaron ser incumplidas.
En medio de esta incertidumbre, algunas familias han tomado la iniciativa y han comenzado a construir sus casas por sus propios medios, utilizando incluso materiales no aptos. Los afectados, más de 400 personas, se encuentran en un calvario. Las autoridades parecen haberse olvidado de la gravedad del incendio que cambió sus vidas.
A más de dos años de la tragedia, varias familias afectadas que no perdieron sus casas en el incendio pero que resultaron dañadas en el intento de contener las llamas, aún no reciben reparación por parte de la alcaldía municipal. Las promesas vacías del gobierno han generado malestar en la opinión pública del municipio.
El subdirector de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Oscar Goyeneche Durán, informó recientemente que el proyecto de reconstrucción de las viviendas se encuentra sin recursos. Esta declaración ha agravado la desesperación de los damnificados.
Los damnificados del incendio de Riosucio, Chocó, representan una dolorosa muestra de cómo la negligencia y la falta de respuesta rápida y eficaz por parte del Estado pueden agravar la situación de las víctimas de desastres. En este escenario de abandono y desesperanza, las víctimas del incendio de Riosucio continúan esperando justicia, una promesa de vivienda y la oportunidad de reconstruir sus vidas.
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