Una empresa alemana de turismo de lujo ofrece una experiencia en la selva del Darién por un precio de 3.643 euros (aproximadamente 4.000 dólares), promocionándola como “la aventura de tu vida”. Sin embargo, esta oferta ha generado controversia debido a la crisis humanitaria que enfrentan diariamente los migrantes, principalmente venezolanos y haitianos, que atraviesan la peligrosa selva para llegar a Norteamérica.
La empresa, llamada Wandermut, opera en la zona suroeste del Darién, lejos de la frontera donde ocurren las rutas migratorias. Según Rick Morales, uno de los guías de la empresa, existen alrededor de 90 kilómetros de espesa jungla y ríos anchos que separan su área de operación de las rutas migratorias del Caribe, en la frontera entre Colombia y Panamá.
La Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) también ha defendido a la empresa y al turismo en el Darién, enfatizando que las actividades turísticas en la región han estado en marcha durante décadas y no están relacionadas con la crisis migratoria. Según la ATP, la crisis migratoria es un fenómeno nuevo y separado de las actividades turísticas tradicionales en el Darién.
Sin embargo, la realidad es que la crisis humanitaria en la zona no es nueva. Durante más de una década, personas de diferentes partes del mundo, incluyendo África y Asia, han intentado atravesar el Darién en busca de una vida mejor. Estas personas no lo hacen por diversión, sino porque se enfrentan a condiciones inhóspitas, accidentes geográficos peligrosos, falta de servicios y condiciones sanitarias deficientes a lo largo de la ruta.
Médicos Sin Fronteras (MSF) es una organización que brinda atención médica a los migrantes en las estaciones de recepción de Metetí, en el lado panameño de la selva. Según Luis Eguiluz, jefe de misión en Colombia y Panamá de MSF, se trata de una verdadera crisis humanitaria. Cada día, más de 500 personas, incluyendo niños, niñas, adolescentes, mujeres embarazadas y personas con discapacidades, se exponen a condiciones extremas y a la violencia sexual mientras cruzan la selva.
Además, en la región del Darién, donde han operado grupos armados y traficantes durante décadas, los migrantes corren el riesgo de sufrir robos, agresiones y abusos constantes. Mientras que la empresa de turismo ofrece seguridad y tecnología de vanguardia a aquellos que pueden pagar su experiencia, los migrantes no tienen la opción de evitar las zonas peligrosas y a menudo se ven obligados a pagar a grupos armados y criminales para atravesar la ruta.
La banalización de esta crisis humanitaria por parte de la empresa de turismo no ayuda a visibilizar el sufrimiento y la tragedia que enfrentan estas personas. Mientras los turistas que pagan miles de euros pueden disfrutar de medidas de seguridad y comodidades, los migrantes se enfrentan a una realidad mucho más dura y arriesgada.
Es fundamental reconocer que el turismo de aventura en el Darién no debe eclipsar la urgencia de abordar la crisis humanitaria y trabajar en soluciones para garantizar la seguridad y el bienestar de los migrantes que atraviesan la selva en busca de una vida mejor.
Fuente: https://www.critica.com.pa/nacional/turismo-de-aventura-por-darien-o-banalizacion-de-crisis-humanitaria-654156
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