El pasivo de la nómina es de $10.000 millones, según la interventoría.
Con megáfono y bolsas en mano, jóvenes salieron a las calles de Quibdó, Chocó, para pedirles a los dueños de supermercados y a los habitantes ayudas para entregar a los trabajadores del hospital San Francisco de Asís a quienes les deben cinco meses de sueldo. Papa, carne, huevos y arroz fueron algunos de los víveres que recolectaron, además de dinero en efectivo.
La idea es entregarles paquetes alimentarios para que lleven a sus casas y prepararles este lunes una comida en el centro médico. “Nuestro personal de la salud estuvo con nosotros, nos apoyaron, y sería muy importante que nosotros, como ciudadanos, podamos ayudarlos. Queremos hacer una olla comunitaria en el hospital para ayudar a muchas madres que hoy no tienen con qué comer”, dijo uno de los jóvenes a los comerciantes.
Diana Mosquera, integrante del colectivo “Un joven convencido convence”, dijo que es el momento de devolverle al personal de la salud todo lo que nos ha dado durante casi dos años de la pandemia. “Los trabajadores están pasando por una situación muy compleja. Salimos a las calles, fuimos a negocios y supermercados, para que nos ayudaran con comida o dinero, aunque sean $1000 o $2.000. Todo va sumando”.
📻#AlAire990AM I Jóvenes recolectan víveres y dinero para los trabajadores del Hospital San Francisco de Asís de Quibdó, Chocó, a quienes les deben cinco meses de salario. Les han regalado alimentos como papa, carne, huevos y arroz. pic.twitter.com/uZtvyXx96E
— RCN Radio Medellín (@RCN990Medellin) January 30, 2022
Una de las enfermeras del San Francisco de Asís agradeció este gesto de solidaridad y dijo que su situación cada vez es más crítica. “Les agradecemos mucho porque nos han brindado su apoyo y piden ayudas en nuestro nombre. Nos llaman héroes, pero no tenemos ni con qué comer para tener fuerzas para defender a la población del virus y de otras enfermedades. Muy triste”.
El hospital tiene 270 empleados de planta y 250 contratistas. Hace una semana, solo atienden urgencias vitales debido al atraso en sus sueldos. Al menos 30 empleados están amenazados por grupos armados ilegales que les exigen el pago de millonarias extorsiones.