El Cristo Mutilado fue nuevamente el emblema que encabezó las procesiones, la eucaristía, las ofrendas florales, los mensajes y los cantos que volvieron a recordar a los desaparecidos.
Con una temprana procesión desde el barrio Pueblo Nuevo, con el Cristo Mutilado cargado a hombros hasta el Mausoleo, se inició el homenaje a las 83 personas que murieron en la iglesia de Bojayá en mayo de 2002 durante un enfrentamiento entre las desaparecidas Farc y un grupo de paramilitares.
En los actos de hoy en Bojayá estuvieron presentes familiares, amigos, las autoridades locales, regionales y nacionales; voceros de la Iglesia así como delegados de la comunidad internacional, que además participaron en Bella Vista Viejo de otra parte de la conmemoración que incluyó cantos de las alabaoras, arrullos, oraciones y mensajes de resiliencia y dignificación a las víctimas y todos sus allegados que resultaron afectados por la masacre.
Posteriormente, se realizó una eucaristía en la que los sacerdotes insistieron con sus mensajes de inclusión y reconciliación para todos los residentes en Bojayá y el Chocó en general.
Acto seguido, intervino Mary Cruz Rentería, de la Comisión Interétnica de la Verdad del Pacífico, quien agradeció a Bojayá por ser ejemplo de resistencia frente al país. “Esto reconoce lo que pasa en Bojayá, en el Pacífico y en Colombia y hace que se reconozca nuestra verdad”, subrayó.
Leyner Palacios, comisionado de Esclarecimiento de la Verdad, reconoció el arduo trabajo para que el derecho de las víctimas sea posible, pero alertó en que hay que trabajar entre el Comité de Víctimas y el Estado para que cese el accionar de los grupos irregulares, para que el hospital de la población sea una realidad, lo mismo que la reubicación de Poque, así como la protección de las comunidades y los defensores de derechos humanos, entre otros temas.
Nelly Palacios, del Comité de Víctimas de Bojayá, intervino para destacar que “le volvemos a decir al Estado y a la comunidad internacional que somos rezagados del desarrollo. Que ha habido avances en atención y reparación y lo reconocemos, pero no son suficientes. Vivimos con miedo y zozobra por los confinamientos”, anotó.
Durante la conmemoración, también participó Juliette de Rivero, delegada de la Alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien manifestó que es esencial lograr la verdad en este caso, promover la reparación efectiva y garantizar la no repetición. “El Estado no debe cesar en la restitución de todos los derechos de las víctimas”, recalcó.
Por su parte, Emilio Archila, consejero presidencial para la Estabilización, renovó el compromiso del Gobierno frente a los habitantes de Bojayá y recordó que “tenemos presente en que las víctimas siempre estarán en el centro de todas nuestras actuaciones” y que se trabaja “para que esto no vuelva a ocurrir, para que este territorio sea lo que ustedes han soñado”.
Rodrigo Londoño, ex jefe de las Farc, dijo en la conmemoración que seguirán aportando verdad y no repetición: “ante este hecho lamentable se perdió la vida y aún no nos perdonamos por lo ocurrido y por eso venimos a ofrecerle el Acuerdo para una paz estable y duradera”, anotó.
En el cierre de la conmemoración participó el viceministro del Interior, Carlos Baena, quien insistió en el compromiso del Estado para sacar adelante los proyectos en Bojayá y esa región del país.
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