Aunque resulte paradójico, el descenso del nivel de las aguas del río Atrato, produce preocupaciones a varios sectores de la cabecera municipal y zona rural.
Con el incremento de las lluvias, el Atrato se desborda inundando las poblaciones que se ubican en su zona media y baja. Esa misma lluvia abastece de agua a cientos de familias campesinos que dependen de pozos artesanales para extraer el preciado líquido, aunque el agua tenga mal sabor y pese a que en la mayoría de las comunidades rurales de Riosucio se han construido acueductos veredales pero que no funcionan.
Las inundaciones traen consigo muchos problemas: Dificultad en la movilidad, Deterioro de Viviendas, Muerte de niños por inmersión y golpea fuertemente algunos sectores de la economía a otros los beneficia.
Cuando las lluvias cesan, pronto el suministro de agua en las familias campesinas se agota, entonces toca volver a recurrir al agua oxidada y turbia de algunos pozos. Pero con la ausencia de lluvias el Atrato regresa a su cauce y la inundación se va. Las vías terrestres se reactivan, se transforman las calles hechas ríos por vías polvorientas después de secar el lodo y el pantano.
Pero ahora sin agua sobre calles, escenarios y viviendas, el riesgo se traslada a las orillas del Atrato. Cientos de casas quedan en peligro de naufragar en el río con los derrumbes de sus orillas, cuando la inundación se va y llega la temporada de sequía las más de 4 mil viviendas de esta localidad quedan a merced de un incendio… Que Dios meta sus manos.
Esta crónica envía un llamado de emergencia a las autoridades locales. Un mensaje de urgencia para apuntarle a temas que requieren ser atendidos con prontitud. Es un, ya es hora de dotar a todos los cuerpos de socorro, es un grito angustioso de por reubicación de las casas construidas en zonas de alto riesgo. Es una nota terminada en puntos suspensivos…
Les compartimos archivos de algunos derrumbes ocurridos en la cabecera municipal de Riosucio – Chocó.
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