Ricardo Tapasco es el fundador del Canal RTC, proyecto audiovisual en el que informa a otros afectados por el conflicto armado en el Urabá.
Desde hace un año, Ricardo Tapasco Cuello prendió las cámaras de su Canal RTC, un proyecto audiovisual de emprendimiento cultural en el que trabaja con otros jóvenes sobrevivientes del conflicto armado para informar y hacer visibles a otras víctimas en la subregión de Urabá.
Tapasco, hijo de una sobreviviente de la masacre de la Chinita, en Apartadó (Antioquia), ha visto, paso a paso, la materialización de un sueño que surgió cuando apenas era un joven inquieto por el tema de medios y la comunicación.
Esa pasión lo condujo hasta llegar a trabajar, de una manera empírica, en emisoras comunitarias y en proyectos audiovisuales regionales, en los que fue adquiriendo experiencia hasta convertirse en un comunicador social egresado de la Universidad Abierta y a Distancia y en el emprendedor de este proyecto, con el que beneficia directamente a otros jóvenes.
En su primer año, el canal se ha posicionado en diferentes plataformas digitales, convirtiéndose, además, en una fuente de empleo, y en un espacio importante para jóvenes que deciden adelantar allí sus prácticas académicas, aspecto que llena de satisfacción a Tapasco, quien lamenta no haberlos tenido ampliamente en sus inicios.
“Aparte de mi equipo de trabajo, que recibe una retribución, han estado con nosotros practicantes de audiovisual, diseño gráfico y comunicación social; la idea es brindarles estos espacios y que sean retribuidos con compromiso y responsabilidad en la subregión”, asegura Tapasco.
Además, decidió con firmeza que a través de sus medios también sacaría a la luz a otras víctimas: “Esto surge porque además de vivir en carne propia la violencia, siento que a veces no se le da la importancia a las víctimas, y esta es la manera de retribuir a aquellos que han sufrido como nosotros, a quienes han sido resilientes con la violencia pero que también vienen aportando a la paz”, añade Tapasco.
Es hijo único, padre de dos hijos, su madre Claribel Cuello, sobreviviente de la Chinita, asegura que fue un milagro que llegó a su vida para acompañar y aliviar el dolor de haber perdido a su padre, el abuelo de Ricardo, en la masacre de la Chinita, el 23 de enero de 1994.
Este suceso que marcó la vida de muchas personas, también afectó la de su familia, aunque era muy pequeño para entender lo sucedido, si tuvo que crecer con la dolorosa ausencia de su amado abuelo.
Este proyecto también ha sido sacudido por la crisis global del COVID-19, que ha afectado este sector de los medios independientes, ante la cual ha tenido que reinventarse y fortalecer los canales y alternativas para que este sueño pueda sostenerse y afrontar la emergencia.
Ante esta situación “tenemos en la página web alrededor de 5.000 visitantes y en el fanpage contamos con 4.117 personas que siguen nuestros contenidos; estamos en dos cableoperadores –HV TV y Urabanet–, cubrimos el eje bananero y sus corregimientos, tenemos nuestras redes sociales”, puntualiza Tapasco.
A través de estos espacios, Ricardo sigue afianzando su proyecto de emprendimiento, el que ha dispuesto para que las víctimas conozcan más sobre sus derechos y de las acciones que realizan las entidades, como la Unidad para las Víctimas en el territorio.