El 93.75% de los aeropuertos del país visitados por la Contraloría General de la República presenta deficiencias en los controles y medidas de contingencia de respuesta al brote de COVID-19 y en algunos casos están lejos de cumplir los protocolos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), concluye la entidad.
Dice que la mayoría de los aeropuertos no cuentan con suficiente personal médico de las secretarías de salud departamentales y territoriales, empezando por la terminal aérea más importante del país, el Aeropuerto Internacional El Dorado, por donde transita más del 59% de los viajeros internacionales que pasan por el territorio nacional.
Al verificar 25 terminales aéreas, la Contraloría General evidenció que en más de un 70% no se están siguiendo los protocolos nacionales e internacionales ante emergencias de salud pública, como la que se presenta por la pandemia COVID-19.
Al revisar los protocolos y atenciones que se están dando en los aeropuertos, en respuesta al COVID-19, la CGR estableció que en el 62,5% son deficientes. Este porcentaje corresponde a los terminales aéreos de Ibagué, Popayán, Mitú, Riohacha, Pasto, Mocoa, San José del Guaviare, Corozal, Armenia, Cúcuta, Florencia, Inírida, Barranquilla, Lebrija, Arauca, Villavicencio, San Andrés, Quibdó y Bogotá.
El Caraño de Quibdó
Personal médico (3), no cuenta con zona de aislamiento, tiene sistema de señalización y no cuenta con medición de temperatura.
Puntaje: 5
Riesgos que subsisten
La Contraloría revisó las infraestructuras aeroportuarias a partir de las recomendaciones que hace la Organización Mundial de la Salud (OMS), frente a la gestión de los viajeros en puntos de entrada.
En desarrollo de estas visitas, se tuvieron reuniones con la Aeronáutica, Migración Colombia y operadores como OPAIN, en Bogotá, donde se encontró que se cuenta con un protocolo general, que no ha sido actualizado a partir de la realidad que se está viviendo en este momento con el COVID-19.
También se encontraron fallas y debilidades en herramientas de información para los usuarios que se pueden evidenciar claramente en que los módulos de información no entregan la información correcta y se están minimizando las posibilidades que los viajeros tenga conciencia de lo que son estos riesgos.
Los equipos y el personal disponible de las Secretarías de Salud para aplicar las medidas de control son insuficientes.