Los sobrevivientes del conflicto en este municipio de Urabá (Antioquia), acompañados de la Unidad para las Víctimas, pidieron la continuidad de las acciones reparadoras en beneficio de los niños, niñas y adolescentes que han sufrido el reclutamiento forzado por parte de grupos ilegales.
En el Centro Regional de Atención a Víctimas de Apartadó, se llevó a cabo una actividad de reflexión y de solidaridad con motivo de la conmemoración del Día de las Manos Rojas, en la que participaron activamente alrededor de 90 sobrevivientes del conflicto.
Este espacio, sirvió, además, para recordar los compromisos como estado en la protección y defensa de los derechos de estos niños, niñas, tal como lo afirma Irma Barreto, una de las participantes: “Principalmente darles mucho amor, y reprenderlos, que es muy diferente a maltratarlos”.
En las regiones de Urabá y el Darién, que ha sido fuertemente golpeadas por el conflicto armado, los menores no han estado exentos de ser víctimas de este flagelo, registrando 319 casos con ocasión del conflicto.
En este escenario de reflexión, se conoció la historia de Libardo Bautista* proveniente de Arboletes. Su hija fue reclutada cuando tenía 15 años. “A mi hija se la llevaron en el 2005 tenía 15 años, la retuvieron durante 10 meses y de ahí la mandaron para la casa porque había salido en embarazo de uno de los que la retuvieron, gracias al apoyo de la mamá y de la familia mi nieto ya tiene 11 años, está estudiando, no lo tengo cerca, pero quiero lo mejor para él y estoy luchando para que así sea”, narró, Libardo.
En esta territorial, LA Unidad para las Víctimas ha adelantado diferentes actividades como las medidas reparadoras de los sujetos de reparación colectiva, previniendo e involucrando a la niñez y la juventud en los procesos de los cuales ha habido una respuesta asertiva por parte de los jóvenes.
Más de 100 niños, niñas y adolescentes, participaron en actividades preventivas coordinadas por la Unidad en el marco de las garantías de no repetición y acciones contempladas en los planes de reparación colectiva en los sujetos de la Chinita, barrio El Bosque, en Chigorodó, La Piña, en Nueva Colonia Turbo, mediante la articulación con la estrategia “Mambrú Constructor de Paz”, liderada por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización.
En la Chinita los jóvenes fortalecieron capacidades comunicativas, artísticas como estrategia para empoderar los clubes juveniles denominada “Los Jóvenes nos Somos Una Amenaza”, con la participación de alrededor de 100 jóvenes en eventos, formaciones y actividades con la corporación Camaleón Talento Urabá.
De igual manera mediante ferias educativas, se les ha presentado la facilidad a estos jóvenes de acceder a estudios superiores con el acompañamiento por parte de las entidades; dentro de estos procesos se destaca el fortalecimiento realizado a través de los Esquemas Especiales de Acompañamiento Comunitarios se fortalecieron los procesos educativos en la zona rural , mediante la entrega de dotación para la educación rural Villa Nelly ubicada en la vereda el Encanto del corregimiento El Silencio del municipio de Carepa.
Elizabeth Granada Ríos, directora de la territorial Urabá-Darién de la Unidad para las Víctimas afirmó que “se han adelantado medidas y acciones desde la pedagogía social, se han entregado dotaciones deportivas en el colectivo El Bosque, se realizó un encuentro intergeneracional entre jóvenes y adultos, con el objeto de promover ejercicios abiertos y deliberativos de promoción de la convivencia, resolución pacífica de los conflictos y reconciliación”.
Otras acciones orientadas a prevenir el reclutamiento ilegal se han enfocado en las capacidades e iniciativas artísticas de estos jóvenes como el colectivo de Pueblo Bello, en el cual se han fortalecido estas manifestaciones culturales y formativas, por medio de la entrega de instrumentos musicales, materiales artísticos, dotaciones tecnológicas entre otras.
