Mediante la integración de 120 niños, niñas y adolescentes de la Institución Educativa César Conto, se busca fortalecer los lazos de la comunidad con el río. Durante tres días se promoverán prácticas deportivas y culturales como la pesca, la natación y el canotaje.
La Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, implementó la primera jornada de rehabilitación comunitaria como parte del plan de reparación colectiva en la comunidad afro de Bellavista, Bojayá. Se tienen previstas tres jornadas por año.
Esta es una acción dirigida a los niños, niñas y jóvenes de la Institución Educativa César Conto de Bojayá en la que participaron los adultos mayores como garantes de la memoria junto con los expertos comunitarios en los temas de canotaje, natación, pesca y comida tradicional; quienes motivaron el dialogo de saberes e incentivaron en los jóvenes el amor por el río y el sentido de pertenencia por el territorio.
Las actividades realizadas fueron concertadas por una o varias personas adultas, los participantes cruzaron el río de ida y vuelta en sus respectivas embarcaciones hasta regresar al punto de partida.
Leoncio Córdoba, adulto mayor de la comunidad, señaló la importancia de rescatar estas prácticas culturales por medio de las actividades de la Unidad, también narró la historia de cómo se construye una champa y resaltó a las personas más diestras de la comunidad en este importante oficio.
“Primeramente se adentraba uno en el monte a buscar los árboles maderables como la Ceiba y el Cedro, se cortaban con el hacha y se empezaba con la medida del tronco, seguido de la labrada de palo con la suela herramienta de hierro fino; luego de haber sacado todo de adentro del palo y de labrarla bien por la parte de arriba, se llevaba a la orilla y se echa a flotar; que sea un espacio, este en dar las gracias a la Unidad Nacional para las Víctimas por esta actividad de recuperación ancestral”, indicó Córdoba, adulto mayor de la comunidad de Bellavista Bojayá.
Los padres y cuidadores jugaron un papel preponderante en la jornada, fueron los encargados de armar una olla comunitaria a orillas del río con la pesca obtenida durante la actividad. Las mujeres mayores estuvieron encargadas de la cocción de los alimentos y contaron la historia de los platos típicos de la región a los jóvenes, la importancia que tiene para ellas preparar los alimentos a la orilla del río y las diferentes formas de pesca que se usaban en la antigüedad.